"La teta asustada" (2009) narra la historia de Fausta (Magaly Solier), una joven que sufre la enfermedad que da nombre a la película y que transmite el miedo y el sufrimiento de madres a hijos a través de la leche materna. Dicha enfermedad comienza con la violación de la madre y continúa en los hijos en un proceso que los despoja de su alma, un ciclo que azota a las víctimas de por sí hostigadas.
A pesar de que se desarrolla en lugares sin nombre, cuya época no aparece mencionada explícitamente y dónde sus villanos son espectros desconocidos, sorprende la realidad del filme. También me gustaría recalcar el machismo del que trata la película y que tan presente está en América Latina, dando un tratamiento a las relaciones entre hombres y mujeres como una lucha entre el miedo, el ansia de ser amado y la superación de un pasado traumático.
Los largos silencios, la belleza de los planos y la desolación que exhuma la película durante sus más de cien minutos la convierten en una agitadora de conciencias, en un mensaje de esperanza, un pro a la vida aún en los lugares y épocas más crudas.
He aquí el tráiler:
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